jueves, 28 de noviembre de 2019

De hormonas



Siempre he encontrado Fascinante la forma en que las hormonas dominan nuestro cuerpo,  y lo poco conscientes que somos de ello, afortunada o desafortunadamente yo he ido aprendiendo con el tiempo, pero piensen por ejemplo en la adolescencia, los adorables niñitos que criaron durante 12 años de pronto se convierten en pequeños engendros salidos del infierno. Y lo peor no es eso, sino que para ellos es exactamente igual de difícil, yo aún recuerdo mi adolescencia. En serio pensaba que lo sabía todo, que mi noviecito de entonces era el amor de mi vida, que ningún adulto me comprendía, y que cada una de las tragedias que me ocurrían, era la peor del mundo y la más importante. Ya más adulta uno pensaría que te libras de esto, pero no! Cada mes, hay una semana mínimo en la que te afectan aunque quizá a un menor nivel, pero aun así no lo puedes evitar. Y si eres alguien consciente de sí misma como lo soy yo, es increíble porque lo sabes, pero aún así no lo puedes evitar. 
Es como si vieras a este ser hormonal desde fuera apoderarse de tu alma, y gritarle a tu novio por respirar, y sabes que es una idiotez, pero aún así las palabras salen de tu boca. 
En fin, que si eres afortunada, aprendes un poco a controlar a este ente hormonal que se apodera de ti, y quizá logras disminuir un poco su intensidad.  Creo que ese es mi caso. 
O eso pensaba, pero ahora acabo de conocer a una nueva criatura, el monstruo de las hormonas de embarazo, parece ser el godzilla de los monstruos de las hormonas. Y ahora estoy enfrentándome con un montón de sensaciones nuevas, que estoy segura que tampoco soy yo, y que probablemente me parecerían locuras si me las dijera alguien más, pero es que las estoy viviendo. 
Por ejemplo, les conté que este asunto fue un tanto inesperado ¿no? 
Pues verán, soy una persona bastante puntual, y como dije, bastante consciente de mi cuerpo y ataques. Entonces pues el día que tenía que llegar mi periodo, o un día antes, estaba irritable, ok, eso es normal, lo que no es normal es que  literalmente mi irritabilidad me hizo gritarle de más a mi chico, y pensar (hacia mi) si siempre había sido tan molesto o solo estaba muy sensible (por suerte me di cuenta de que era lo segundo).
Pero durante 24 o 48 horas, estaba completamente inaguantable, estuve a punto de mandar al diablo a mi novio, a una amiga, me pelee con mi mamá y pensé en el suicidio. Básicamente fui una adolescente de nuevo. 
El sábado mi ánimo había mejorado bastante, pero tenía una necesidad completamente extraña de azúcar. No soy muy pastelera por lo general, pero ese día quería helado, y pastel, y chocolate y malteadas. Una vez más se lo atribuí a la regla que ya debía llegar. 
Para el martes mis hormonas estaban estables, y fue cuando decidí hacerme la prueba porque después de esa montaña rusa, era bastante raro que no llegara nada. 
Y bueno ya sabemos el resultado. Pero lo interesante de ello, es que una vez que lo supe, mi forma de conciencia cambió. Es decir, un montón de cosas que pensaba que eran por el periodo, resultaron ser por el embarazo. 
Pero con lo que no contaba es con que ese personaje que te platican en la tele, el que llora porque una mosca voló, es completamente real. 
No es algo que te pase diario (por suerte), es decir, si andas más sensible y un poco chipil, o al menos yo lo ando, porque pues bueno, a quién no le gusta ser apapachada. Pero noooo, de lo que yo hablo es una vez más de un monstruo incontrolable que hace de ti lo que quiere, te guste o no. 
Por ejemplo antier. Me levanté temprano porque tenía que ir a tramitar mi INE, salí con mi novio de casa, y en un momento quise darle un beso, pero él me quitó un poquito bruscamente porque tenía un ataque de tos. 
Realmente no hizo mucho, o quizá en otra circunstancia en el peor de los casos me habría molestado, pero NO, inmediatamente se me llenaron los ojos de lágrimas y tuve que pasar los siguientes 10 minutos aguantándome y explicándome que era una tontería y que no tenía que sacar sus cosas a la calle. 
20 minutos después, cuando la señorita del INE me dijo que probablemente no me recibirían mi acta de nacimiento porque no se leía bien, fue exactamente lo mismo!!! estuve a punto de soltarme a llorar en el mostrador de la chica, y poooooor supuesto que sabía que era una estupidez, sólo tenía que ir a imprimir otra acta, pero eso no impidió nada. Creo que al final la pobre me vio tan angustiada que me dejó pasar y dijo que en la mesita ya me dirían si se podía o no hacer el trámite (si se pudo).

Ese día fue así absolutamente con todo. A lo largo del día tuve que contener el llanto por otro montón de situaciones absurdas, y sabía que eran tonterías, pero aún así me pasaba. 

Y ya, ayer amanecí como si nada, ecuánime, tranquila, casi cuerda. Sin embargo, en el camino del laboratorio al gine, y después al trabajo, tuve que parar en 4 sitios distintos a ir al baño!!!  4 veces en un trayecto de 2 horas y media!

Hoy por ejemplo estoy en un punto intermedio, entonces lloro por pequeñeces, pero que son importantes para mi. 

Y el asunto es que llevo  una semana de saberlo........ no tengo idea como serán los siguientes meses.
Me paso la vida en el baño, me estoy despertando más temprano, pero a las 3 de la tarde me da un sueño, que a veces pienso q uno de estos días no podré evitar caer dormida. Me duelen cosas distintas cada día y aún no estoy cargando nada realmente, y me muero de hambre la mitad del día. 

Hoy veía una película de esas que son comedia romántica que se llama "qué esperar cuando se está esperando",  y definitivamente, puedo vislumbrar mi futuro. 

Curiosamente hace cosa de nada, platicaba con una tía sobre esto, sobre cómo la maternidad se ha colocado sobre nuestros hombros como un premio que debemos recibir con honor. Sonriendo y siendo perfectas. 

Y pobre de la que se queja o parece desagradecida por esta bendición que la vida le dio. 
Y yo me pregunto ¿por qué? por qué no podemos saber que van a haber mil cambios extraños y desagradables, por qué no podemos quejarnos poquito, y tomarlo con humor. 
Es decir, y tengo que aclararlo justamente porque no nos está permitido quejarnos. Estoy muy feliz con mi embarazo, me encanta la idea de estarlo, y sueño con verlo, con sentirlo patear, y eventualmente con tenerlo en mis brazos. 
Pero creo que no me tocará ser la embarazada de revista! y quizá engorde mil kilos, o  haya nauseas o gritos, tal vez cuando sea el momento querré patear a los doctores, y quizá cuando nazca el bebé lloraré de miedo por no saber qué hacer. 
Pero no por eso, no quiero pasar por ello. Simplemente que a veces es necesario hablarlo, y seguramente en un punto hasta pedir auxilio. 
Y es por eso que decidí escribir este blog. Porque estoy segura que enloqueceré muchas veces más en estos meses, y siempre es bueno poder desahogarse. 



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